domingo, 12 de abril de 2009

*-*-*Al sabor de México*-*-*


Tanto la gente que hemos nacido y crecido en México, como aquellos que vienen en ocasiones de visita coincidimos en que México no es un país, sino un hogar que acoge calurosamente a todas las personas que llegan a él.

Cuando amanezco y veo un nuevo día, me siento orgullosa de saber que vivo en un lugar repleto de hermosos paisajes, de norte a sur y de este a oeste contemplamos majestuosos bosques, selvas, playas, desiertos y maravillosas montañas.


Sin embargo, no es sólo su aspecto físico lo que hace de México un país único y especial. Él alberga un mosaico cultural que se refleja en todos y cada uno de sus habitantes. Individuos cálidos, amables, nobles, sinceros, cariñosos… que viven en cada rincón del país. Y son precisamente ellos los que le dan ese toque y ese sabor singular.


Estas personas han logrado forjar una historia magistral y reconocida en todo el mundo. Son personas que pelean por sus sueños, anhelos e intereses. Gente que no se da por vencida, que a pesar de las circunstancias y obstáculos siempre intenta aportar un granito de arena.


Por desgracia hay aspectos que no son de mi total agrado. Hay situaciones que intentan opacar la gran belleza de nuestro país, entre las que se encuentran la apatía por la igualdad social, la corrupción que hay principalmente en el gobierno y la inseguridad que en la actualidad se encuentra perturbando nuestra tranquilidad.


A pesar de esos defectos, me siento muy feliz de vivir en un país dónde soy totalmente libre, donde opinar no me cuesta ni un centavo, donde creer en Dios no me cuesta la vida, donde ser quien realmente soy no es nada del otro mundo.


¡Por eso día a día y minuto a minuto, disfruto, vivo y saboreo a México!

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