domingo, 12 de abril de 2009

*-*-*¿Un cielo terrenal?*-*-*


¿Alguna vez has estado en el cielo? Suena incoherente e ilógico, ¿verdad? Pues te tengo una gran noticia… Yo si he ido. ¡No! No es una broma. Yo estuve en el cielo, en el cielo terrenal. Ahora mismo te contaré.
Era un lugar inmenso, tanto que ante mis ojos parecía no tener fin, se veía a lo lejos un horizonte que lo seguía disfrutando y acariciando a cada momento. Ahí el tiempo parecía detenerse, haciendo sentir que la vida es una eternidad. Pero el despertar y anochecer del sol y la luna marcaban la pauta de un nuevo día.
Las nubes no eran un suave roce de algodón, ahora ellas eran una espuma burbujeante que me mojaba dócilmente y provocaban una relajación jamás antes experimentada por mí. En ellas las aves no podían volar, no tenían alas, aunque eran igual de coloridas y juguetonas, sin embargo me parece que aquí las llaman peces.
La precipitación no descendía como solemos percibirla, allá la lluvia se siente de lado a lado y se convierte en una húmeda brisa que recorre todo nuestro cuerpo. Podía percibir a mí alrededor los más cálidos y refrescantes olores que me hacían recordar todos los momentos maravillosos y agradables que habían ocurrido en el transcurrir de mi vida.
Era un lugar encantador, mágico e inigualable que provocaba un deleite físico y espiritual, alimentaba mi imaginación y al mismo tiempo me permitía realizar cada sueño y anhelo que acrecentaba en mí. Reír, llorar, gritar, correr, ser libre, volar, fantasear, todo en un mismo lugar y en un mismo momento; eso y más causaba ese bello lugar.
Muchas personas suelen llamarlo “mar” pero a pesar d ello, yo puedo decir que di un paseo por el cielo, por el cielo terrenal.

1 comentario:

  1. Hola Angie, pues un cielo terrenal no esta nada mal y mucho menos visitarlo en estas vacaciones, me encanto tu texto, sigue así.

    Ivonne

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